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Con “Boi”, Marcelo



                                                                           reverencia la tradición


                                                                           del bumba meu boi, al



                                                                       mismo tiempo en que le


                                                                     amplía la paleta expresiva



                                                                      con inspirados arreglos e


                                                                                    interpretaciones.







          Asociar el canto a una nacionalidad implica el riesgo de   Con su obra, Marcelo nos recuerda que no hay tiempo
         reducirlo a estereotipos, de limitarlo a la jaula del folclo-  difícil que abale la potencia de la belleza brasileña.  La
         re.  Además de eso, ¿cómo concebir la existencia de “una”  patria del ganado pasa.  La nación de “Boi”, atemporal,
         única canción de identidad en un país tan diversificado en  se queda.
         la música?  Ninguna de estas cosas, sin embargo, resiste a
         la audición atenta de las 16 canciones de “Boi”.  En cuanto
         termina, ya estás convencido de que, sí, existe un cantar
         que -desdoblándose en múltiples posibilidades- se hace
         eco de un Brasil a cada entonación, a cada sílaba mastica-
         da, a cada glissando.




          Con “Boi”, Marcelo reverencia la tradición del bumba
         meu boi, al mismo tiempo en que le amplía la paleta ex-
         presiva con inspirados arreglos e interpretaciones.  El re-
         pertorio alinea toadas clásicas, patchworks de diferentes
         toadas, puntos, improvisos, composiciones contemporá-
         neas.  Mas todo es “boi”.  El principio creativo puede ser
         explicado por una simple analogía.  El samba, por ejem-
         plo, es un paraguas que sostiene tanto el suspiro de João
         Gilberto como el pulmón de Neguinho da Beija-Flor.  Pero
         todo es samba.  No habría por qué ser diferente con el
         bumba meu boi -que trae diversidad en el origen, en su
         mezcla de influencias africanas, indígenas y europeas.




          Todo  en  “Boi”  evoca  una  brasilidad  anímica,  hoy  un
         tanto alejado de la realidad en avanzado estado de em-
         brutecimiento.    Canción  a  canción,  las  atmosferas  del
         disco transitan por la alegría profana, por la devoción a
         lo sagrado, por la nostalgia de la dulzura, por el desafío
         colaborativo de los cantantes, por el lirismo de lo sencillo.
         Cantos que emanan aquello que el pueblo aún guarda de
         lo más bonito.  Toadas con color de utopía, resistencia a
         la ola distópica que arrasa Brasil.



 Swami Jr. & Marcelo Pretto.  Fotografía de Dani Gurgel   REPOR T AJE | MARCELO PRET T O , por Sílvio Fudissaku  27
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