"Nunca amar lo que no vibra; nunca creer en lo que no canta" (Orides Fontela)
Publicado el 14/11/2021
Dueña de un lenguaje innovador y comprensivo, Hilda produjo más de cuarenta títulos, entre poesía, teatro y ficción, y escribió durante casi 50 años, recibiendo importantes premios literarios de Brasil. Creadora de textos en los que Atemporalidad, Real e Imaginario se funden, y los personajes se sumergen en el intenso cuestionamiento de significados, buscando comprender y encontrar lo esencial, Hilda retrata constantemente la frágil y sorprendente condición humana. "¿Y qué es lo obsceno?", se preguntaba Hilda Hilst. "Nadie sabe hasta hoy qué es lo obsceno. Obscena para mí es la miseria, el hambre, la crueldad. Nuestra época es obscena", decía. Los días de Hilda terminaron en su residencia del Parque Xangrilá, en Campinas. Casa do Sol -como se llamaba su residencia-, fue una casa planeada detalladamente por la autora para ser un espacio de inspiración y creación artística, y en ella hospedó a diversos escritores y artistas durante varios años. Actualmente es sede del Instituto Hilda Hilst. En su retiro bebía de vez en cuando una copa de vino, en recuerdo de sus amigos Dean Martin y Carlos Drumond de Andrade, entre muchos otros. Hilda escribía sin cesar y recibía visitas de admiradores. El ánimo la acompañaba, pero no la salud. En la madrugada del 4 de febrero de 2004, murió a la edad de 73 años. En una de sus notas, dejó escrito: "Para poder morir apetecida / Me cubro de promesas/ Y de memoria / Porque es necesario / Para que tú vivas".
Recomendamos el disco-homenaje "Ode descontínua e remota para flauta e oboé de Ariana para Dionísio - Poemas de Hilda Hilst musicados por Zeca Baleiro", donde entran participaciones de voces femeninas como Jussara Silveira, Maria Bethânia, Rita Ribeiro, Ná Ozzetti o Mônica Salmaso, entre otras.